Melodramas en plataformas de “streaming”, resultado de la nostalgia

Pese a que son novedosas por las temáticas que abordan, aún falta representatividad en personajes, asegura académica

La historia es más o menos la misma: una familia rica con secretos que desencadenan un drama, así como romances imposibles. La diferencia es que la matriarca fuma marihuana, uno de los hijos es bisexual, una hija está enamorada de su hermano político y su prometido a la vez, y otra se reencuentra con su exesposo –que ahora es mujer– y con quien al parecer sigue sintiendo algo por ella.

De esto va el melodrama mexicano La Casa de las Flores , una de las series que ha resultado ser el éxito de verano en la plataforma Netflix, gracias a la influencia que tuvo en varios sectores de la sociedad.

Pero, ¿por qué un producto audiovisual como éste ha tenido tanto éxito, sobre todo con un público que no se solía identificar con las telenovelas?

La clave es la añoranza del pasado, aseguró la doctora Janny Amaya Trujillo, especialista en el fenómeno social de los melodramas y profesora investigadora del Instituto de Gestión del Conocimiento y del Aprendizaje en Ambientes Virtuales, de UDGVirtual.

“Son series que explotan la nostalgia. ¿De qué nostalgia estaríamos hablando en el público millennial? De los referentes que aún son iconos de la cultura pop nacional, y que forman parte del pasado reciente, del cual aún nos podemos enterar por parte de los padres, tíos y amigos”, explicó.

Algunos de esos personajes que forman parte de la memoria audiovisual del pasado próximo son Luis Miguel y Verónica Castro. Y si a esos referentes se les adereza una trama que incluye ambientaciones, peinados, ropa y contextos de otras décadas, así como canciones que sonaban antes (sobre todo en las discotecas), se logra fortalecer esa nostalgia, mencionó Amaya Trujillo.

Estos productos han repercutido tanto en la nostalgia, que en el top de canciones más escuchadas en México vía Spotify, el tema “Culpable o no” –de Luis Miguel (1988)–, se posicionó en el octavo lugar; esto empató con el estreno de la bioserie del cantante.

“Son producciones que se han considerado fenómenos recientes en la ficción televisiva vía streaming en México, como es el caso de la serie de Luis Miguel, La Casa de las Flores, o, en 2016, Club de Cuervos”, agregó.

Según el Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México 2018, realizado por la Asociación de Internet.mx, 65 por ciento de los mexicanos ve películas y series vía plataformas digitales, que representa 10 por ciento más que el año pasado.

Esto, externó la docente, sucede en un punto en que la televisión (o lo que ahora se transmite en la web) ha implicado que se tengan que reinventar los conceptos de ficción o morir.

“Los receptores se forman, se educan, aprenden a apreciar ciertos productos, características y códigos, y creo que estas producciones como la de Luis Miguel y La Casa de las Flores explotan muchos códigos reconocibles para la audiencia mexicana, porque, sencillamente, forman parte del repertorio comunicativo en el cual han sido formados”, declaró la académica.

La más reciente Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales, realizada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) en 2016, indica que 80.9 por ciento de los mexicanos ve televisión abierta; de esta cantidad, la mayoría, 47 por ciento, ve telenovelas; 42 por ciento, películas y 29, series.

Personajes sin blancos ni negros
Amaya Trujillo señaló que en estas series los arcos narrativos son distintos, así como la construcción de los personajes, que son más densos y no hay buenos ni malos.

Al respecto, el Jefe del Departamento de Artes Escénicas, del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), doctor Carlos Vázquez Lomelí, añadió que este tipo de papeles en las ficciones es resultado de una necesidad de la audiencia.

“Los tiempos están obligando a que se vea cómo siente una sociedad; a la sociedad no se le puede engañar, ya que vive sus propias inquietudes o situaciones de vida psicológicas, que no son tan fáciles de distinguir entre lo negro y blanco, hay muchos matices de grises. Las telenovelas de Televisa, en las que sólo hay malos y buenos, tienen un discurso televisivo que está cayendo en desuso”, dijo el especialista en teatro.

Sin una verdadera representatividad
Aunque se habla de que estos melodramas visibilizan diversas situaciones sociales como la diversidad sexual, la expresión de género y el uso de drogas, para Amaya Trujillo aún falta trabajar para que haya una mayor representatividad.

“No creo que estén siendo productos transgresores al mostrar la diversidad nacional, no nos engañemos. Pensando en estas tres producciones: Club de Cuervos, Luis Miguel y La Casa de las Flores, ¿qué sociedad reflejan? La clase alta mexicana; es decir, siguen siendo los mismos personajes, sólo que asumen en la ficción otros conflictos”, dijo.

No discute sobre el tono con el que se presenta, pues sí hay una crítica de los códigos morales; sin embargo, siguen apareciendo las niñas bien, los chavos ricos y la señora poderosa que ve amenazado su prestigio.

“¿Son en verdad ésos los conflictos de los mexicanos, pensando en un sentido plural? No. El público que sigue estas series es muy diverso, pero no olvidemos que los cerca de 70 millones de internautas, son en su mayoría jóvenes urbanos. Estas ficciones representan una realidad muy encapsulada. Si bien sí son novedosos, no son transgresores en términos de representar la diversidad nacional”, recalcó la docente.

Número de Boletín: 263
Texto: Iván Serrano Jauregui
Fotografía:
Cortesía

 

Lunes, 10 de septiembre de 2018